lunes, 9 de agosto de 2010

Newells 0 - Estudiantes 1


Gabriel Cichero, ex basquetbolista, cometió un penal muy infantil y le abrió el camino a Estudiantes en un partido muy mal jugado.

En los papeles pintaba bien, aunque Newell’s y Estudiantes hicieron todo lo posible para que quedara sólo ahí. Ni siquiera se esforzaron, al menos, en demostrar que tienen serias intenciones de ser protagonistas estelares del campeonato. Era la primera fecha, muchachos, se podían animar un poquito más... Claro que los de Sabella recibieron con gusto la mano que les dio Gabriel Cichero. Es decir, la manito que metió el defensor dentro del área y que la Brujita Verón cambió por gol para encanutarse tres porotos en el bolsillo.

Si hubo algo bien que hicieron los dos fue jugar sin arcos. Ojo que no es fácil, ¿eh? Ambos se aferraron a un partido mal disputado, impreciso, deslucido por donde se lo mire, símil a un potrero rosarino. Así y todo, en este contexto, fue el mediocampo del anfitrión el que manejó tibiamente los hilos, aprovechando que el Pincha estaba estructuralmente cortado, parado siempre en su cancha y muy lejos de Leandro González y la Gata Fernández. A propósito, lo más intimidante de la visita fue un tirito de Enzo Pérez que Peratta controló sin despeinarse.

Eso sí, el rumbo del partido pudo haber sido otro totalmente distinto aunque Néstor Pittana no dejó que así fuese. Pero, ¿por qué? Es que hubo un par de situaciones pólemicas que generaron murmullo en el Marcelo Bielsa (ver aparte), lo que esto no excusa el mal rendimiento, la pachorra, que no es Sabella, y la falta de conceptos claros a la hora de generar jugadas enfundadas en un recurso más viejo que el mismo fútbol: darle un pase a un compañero. Además de que ninguno supo encontrar el error del otro, es más, ni siquiera lo buscaron y se ahogaron en sus propias falencias.

Ahí, por supuesto, caen también las caritas nuevas que ayer se presentaron oficialmente. En Estudiantes, Mercado, quien encima se lesionó (ver aparte), estuvo firme pero no determinante; Roncaglia, flojito. Asimismo, en los locales tampoco aprobaron Taborda, falto de físico más allá de que las bancó todas arriba, la Pulguita Rodríguez, quien careció de peligro serio, y Borghello, ahí.

Nobleza obliga: capítulo aparte para Cichero, ya que el defensor, basquetbolista en su niñez, estaba en un partido aceptable hasta que calculó mal en una pelota larga dentro de su propia área y metió la mano (¿de Dios?) y le abrió el camino a Estudiantes para comenzar el Apertura ganando, aunque con más dudas de las que desearía tener Sabella.