domingo, 29 de marzo de 2009

Dunga Dunga ¿o morir?


Ecuador, en la altura de Quito, fue más que el Scratch pero recién consiguió el merecido empate a un minuto del final. Julio César, el arquero del Inter, fue la figura de una Verdeamarelha que no jugó a nada...
MARTIN MACCHIAVELLO | MMACCHIAVELLO@OLE.COM.AR
En los 2.850 metros de Quito, el punto brasileño era negocio de antemano. Lo sabía Dunga. Pero también Vizuete, el entrenador local. Por eso, desde el vamos, bajo el "sí, se puede" de 37.000 compatriotas (que dejaron en boleterías alrededor de 950.000 dólares), los ecuatorianos fueron al frente desde el pitazo del chileno Chandía. El tiqui tiqui del Scratch, así, sin figuras en cancha como el lesionado Kaká, quedó para otro momento. Para adaptarse, hasta se entrenaron con pelotas desinfladas. Fueron dominados durante toda la húmeda tarde. Julio César, el arquero del Inter, fue la gran figura del juego. Sin embargo, casi se quedan sin nada. Con Julio Baptista recién ingresado, los vecinos parecían llevarse los tres puntos gracias a una extraña carambola. Aunque, a segundos del tiempo de descuento, Noboa –otro entrante- hizo justicia...

Brasil primereó. Pero no pudo cerrar un partido que, increíblemente, lo tenía en el bolsillo. Arrancó a los 3', con una buena pirueta de Robinho y un fierrazo cruzado de Marcelo que Ceballos desvió a un córner que no fue cobrado. Y poco más de los verdeamarelhos (hoy de pilcha azul) en el primer tiempo. A partir de ahí, todo fue de los bananeros. Julio César, el arquero del Inter, comenzó a ser figura. En el primer cuatro de hora ya le había sacado un zapatazo a Benítez y se lució con una doble tapada: primero sacó un tiro libre de Méndez y luego, tras el rebote, a Guerrón, quien solito bajo el arco no le dio con confianza. Aunque hubo más. Nada consiguió Brasil con el obligado cambio (por lesión) de Dani Alves, el del Barsa, por Maicon. Y... Segundo Castillo reventó el ángulo y Caicedo dejó una media vuelta a centímetros del palo al promediar la etapa... Brasil jamás despertó. Si bien Dani Alves intentó de media distancia, quien asustó de verdad con un tiro cruzado desde unos 30 metros fue Ayoví. Pero, para variar, Julio César voló abajo y transformó un golazo en tiro de esquina.

En el complemento, el guión mucho no cambió. Ni el monólogo ecuatoriano ni la firmeza de Julio César, quien le sacó otro tiro a Caicedo, un tiro libre a Espinoza (que la gente lo gritó confundida por el roce de la pelota con la parte externa de la red) y un disparo a quemarropas de Guerrón. ¿Brasil? Hmm. Luis Fabiano despertó de la siesta y despabiló a Ceballos quien viviría, a los 27', un blooper con sabor a tragedia. Dunga, a 20 minutos del final, sacó a Ronaldinho, de pobrísima participación en la tarde. Al césped, entonces, Julio Baptista, temible delantero del Sevilla que, en su primera intervención reventó el palo, a los 27'ST. ¿Y? La mala suerte hizo que la bocha, tras rebotar en el vertical, le pegue en la espalda a Ceballos, el veterano arquero de la Liga de Quito, campeón de la Libertadores 2009. Baldazo de agua fría. Gol de Brasil en la altura, en Quito, por primera vez en Eliminatorias. Pero... Apenas se pudo conformar con el punto que fue a buscar. Luis Fabiano repitió el cuentito y le reventó el palo a Ceballos, aún golpeado por la suerte. En la contra, a los 43', Edison Méndez dominó la banda derecha, fue hasta el fondo, mandó el centro, conectó Benítez en el área chica, Julio César le sacó el gol (para variar) y, de arremetida, Cristian Noboa –quien había ingresado faltando 15' por Guerrón- fusiló con el arco vacío. El ex Emelec del Rubin Kazan ruso metió el 1 a 1. Acto de justicia.

Brasil entonces se quedó con un premio demasiado gordo. Rascó un buen punto y sigue en zona Sudáfrica. Aunque tendrá, una vez más, a la Argentina por delante. Al menos, por una fecha más. Ecuador festejó porque lo merecía. Aunque, vale reconocerlo, merecía mucho más. Quedó en 13 puntos. Vaya número. En la cancha también se había notado su poca suerte. Y su escasa puntería.

Fuente: Diario Ole