lunes, 9 de agosto de 2010

Racing 1 - All Boys 0


Grazzini volvió al Cilindro y brilló. El Mágico fue el conductor del Albo, un palo le negó el gol y después se llevó los aplausos de la gente de Racing.

Jugó un partido aparte. Ya en la previa Sebastián Grazzini había dicho que volver al Cilindro le traería los mejores recuerdos. “Es un lugar donde pasé muy buenos momentos”, le contó a Olé . Será por eso que el enganche del Albo fue el mejor de su equipo. Desde el arranque fue el conductor de su equipo, le metió una asistencia bárbara a Matos que el delantero desaprovechó y dispuso de las situaciones más claras para conseguir al menos el empate. Los aplausos que acompañaron su salida cuando Pepe Romero lo reemplazó por Zárate, fueron un premio más que merecido.

El rosarino fue el hombre del Albo que más cerca estuvo del gol. Ya a los seis minutos avisó con un remate cruzado que el arquero Fernández controló sin problemas. Pero la más clara llegó a los 35, cuando un palo le negó el gol. A los 23 del segundo tiempo Romero lo cambió. Con cara de pocos amigos, Grazzini recorrió toda la cancha mientras los aplausos le ganaban a algunos silbidos, menores en la comparación. Seba levantó una mano en agradecimiento y así despejó cualquier tipo de dudas, hasta en su relación con los dirigentes. Volvió al Cilindro y jugó tal vez uno de sus mejores partidos. La derrota no le permite festejar, aunque sabe que se llevó una calificación de aprobado.